El italiano es considerado uno de los idiomas más románticos y melódicos del mundo. Muchas personas sueñan con hablar italiano y poder comprender esta lengua y su presencia en el arte, la literatura y el diseño.
La evolución del idioma italiano ilustra no solo la historia de Italia, sino también de todo el continente europeo. Sin olvidar la expansión de esta lengua y la influencia del italiano en el mundo hoy.
¿Sabías que alrededor de 60 millones de personas hablan italiano en todo el mundo? Lo encontramos por sobre todo en Europa, donde es el idioma oficial de Italia (obviamente), el Vaticano, Suiza y San Marino. Pero además se utiliza predominantemente en Eslovenia, Croacia y Malta. En África se continúa hablando en Libia, Eritrea y Somalia, tres excolonias italianas. A parte de estas naciones, existen muchas comunidades de italianos en todo el mundo que lo tienen como segundo o tercer idioma.
Como todas las lenguas, el italiano no se hizo en un día. Sino que fue cambiando y mutando con los choques y cambios políticos y culturales que atravesó la región. ¿Quieres saber más sobre la lengua y la cultura italiana? En este artículo haremos una brevísima síntesis de la historia del idioma italiano.
Historia del italiano: sus comienzos
Los primeros habitantes de la península itálica
Nuestra historia comienza en el 800 a.C. En esta época, la región que corresponde hoy en día con Italia y Córcega estaba habitada por numerosos pueblos. Entre ellos estaban los etruscos en la Toscana, los griegos en Sicilia, los celtas en el norte de la península, entre otras numerosas etnias itálicas.
Estas civilizaciones no contaban con una única lengua, pero a pesar de sus diferencias, eran relativamente cercanas. Se cree que eran alrededor de unos 40 idiomas, entre ellos el latín arcaico, que hablaban los pueblos itálicos. Pero todo estaba por cambiar.
La creación de Roma
En el año 753 a.C. los etruscos, los sabinos y los romanos fundaron la ciudad de Roma. Esta pequeña nación creció exponencialmente, invadiendo y sometiendo a los demás pueblos de la región. Después de décadas de monarquía, luego una democracia (representada en un senado), nace el Imperio Romano, unificado bajo el reinado del emperador César Augusto (entre el 27 y el 14 a.C.). Para el año 200 d.C., el Imperio romano ocupaba toda Europa occidental, junto con el norte de África, Inglaterra, Armenia y Arabia.

El latín atravesó las fronteras de la ciudad de Roma y llegó hasta las esquinas del imperio, transmitiendo la cultura romana y su idioma.
Acá vale aclarar una división importante: por un lado estaba el latín clásico, hablado por las clases dirigentes e idioma de la administración, la cultura y la religión. Por el otro estaba el latín vulgar, aquel que usaba el pueblo y los soldados. Con el tiempo, el latín vulgar (o latín popular) se impuso y fue la base para las lenguas romances: el italiano, el español, el portugués, el francés, entre otros.
La construcción del idioma italiano
Diferentes conquistas que formaron un mosaico lingüístico
Con el paso de los siglos, el Imperio Romano se debilitó, se dividió en dos (Oriente y Occidente) y los pueblos vecinos se lanzaron a su conquista. La sucesivas invasiones (de los hunos, los visigodos, los germanos) que sufrieron los territorios romanos obligaron a los ciudadanos a desplazarse hacia el oeste, llevando consigo su lengua y cultura. Roma cae en el 410 d.C., y los pueblos germánicos ocuparon el lugar del Imperio Romano.
En el año 568, los lombardos tomaron Milán, Pavía, la Toscana y Venecia. Poco a poco, conquistaron Italia del norte y parte del sur, donde chocaron contra los bizantinos (Imperio Romano de Oriente). Esta división de Italia entre lombardos y bizantinos duró hasta el s. VIII. Antes de continuar, ¿nunca pensaste en la idea de tomar clases de italiano en linea? Puede ser una gran manera de interiosrizarte en la cultura.
Italia no conocerá paz tampoco en los años siguientes. Carlomagno, el rey de los francos en esta época, aprovechó las múltiples rivalidades de los diferentes ducados lombardos para invadir Lombardía. Se convirtió en rey de los francos y de los lombardos y luego en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
En el sur, los musulmanes habían desplazado a los bizantinos y se instalaron en Sicilia. Tras haber conquistado toda la isla, se dirigieron hacia la Italia peninsular, hasta Génova.
A finales del S. IX, Italia estaba dividida en varias entidades políticas:
- El reino de Italia
- Los estados de la Iglesia
- El Imperio Romano de Oriente
- La ciudad de Venecia
- Los territorios musulmanes (Sicilia y el sur de la península)
A finales del siglo X, los normandos se echaron al mar para llegar al sur de Italia. Pronto vencieron a los bizantinos y los árabes, conquistando toda la parte sur de Italia. En 1154, crearon el reino de Sicilia.

Debido a todas estas invasiones, Italia se vio sumergida en una auténtica amalgama de lenguas (más de 1.000). Muchos de estos dialectos no consiguieron jamás imponerse y con el tiempo se perdieron. El latín, lengua oficial de la Iglesia, siguió siendo el idioma con mayor influencia en la región.
Sin embargo, todos esos pueblos trajeron consigo sus propias lenguas que influenciaron la construcción del italiano. Los germánicos, lombardos, francos, normandos y los árabes dejaron sus palabras y expresiones en Italia, formando el idioma que conocemos hoy.
Los dialectos italianos y la unificación lingüística
Es verdad que el latín es el padre del italiano, por su presencia mayoritaria en la lengua; pero no podemos olvidar el amalgama de idiomas extranjeros que formaron dialectos distintos en cada región de la península itálica.
A finales de la Edad Media, Italia estaba territorialmente dividida en dos: los principados del norte (que comprendían la república de Siena y la república de Florencia) y el reino de Nápoles al sur.
En el Renacimiento (en el siglo XVI exactamente), Italia se convierte en la cuna del humanismo y florece la cultura, la ciencia y el arte. Entre los territorios italianos destaca la Toscana, que por ser un importante centro comercial difunde su dialecto por toda la península (por sobre todo la variante de Florencia, la ciudad más grande).
El hecho de que grandes escritores comenzaran a escribir en esta "lengua vulgar" (como se conocía al florentino) impulsó la unificación lingüística bajo el dialecto toscano. Entre ellos, encontramos al célebre Dante Alighieri, pero también a Petrarca o a Boccaccio. Es sin duda La Divina Comedia de Dante la que favoreció más la difusión y la comprensión del florentino en Italia.
En simultáneo, el latín eclesiástico sobrevive por el inmenso poder de la Iglesia. Pero no resistirá para siempre: la llegada de la imprenta y la autorización del papa Benito XIV de leer la Biblia en lengua vulgar extienden este dialecto aun más.

Saltemos hacia adelante en el tiempo. En el siglo XVII, luego de la Revolución Francesa, Napoleón se lanza a conquistar Italia. Esta invasión incitó a los italianos a querer un país unificado. Por eso, muchos historiadores consideran el periodo napoleónico como el principio de la Italia contemporánea.
Entre 1796 y 1861, Italia sufrió numerosos cambios territoriales; pero poco a poco, el Reino de Italia se fue agrandando al incorporar y transferir las diferentes regiones anexas.
En 1861 se hablaban de numerosos dialectos en Italia, entre los cuales encontramos:
- El franco-provenzal
- Los dialectos ladinos
- Los dialectos galo-itálicos
- Los dialectos sardos
- Los centrales
- Meridionales
- Veneciano
- Corso
- Los dialectos toscanos (incluyendo el florentino)
Sin embargo, la lengua materna toscana (siempre en su vertiente florentina), se veía como la lengua italiana nacional. Tan así que con la unificación de Italia, se convierte en el idioma oficial de esta "nueva" nación.
El idioma italiano contemporáneo
Ya entramos al s. XX, con una Italia unificada bajo un mismo país. Benito Mussolini llega al poder en 1922, y desde ese momento, su gobierno fascista busca imponer el italiano oficial por sobre las minorías lingüísticas. Estas fueron perseguidas por los comandos formados por Mussolini, con el objetivo de erradicarlas.
Se eliminaron los dialectos de las escuelas, y los profesores tuvieron que enseñar y trasmitir sus conocimientos exclusivamente en italiano. Así también la administración y los tribunales. Los derechos lingüísticos de las minorías se suprimieron para reforzar el italiano como lengua oficial. A su vez, se excluyeron también del vocabulario italiano común todas las palabras denominadas "exóticas" o con resonancias extranjeras. Este fue el caso de centenares de palabras y expresiones influenciadas por el francés, el inglés, el árabe o el alemán, que fueron sometidas a una traducción.
Pero los dialectos de las diferentes regiones sobreviven a Mussolini, quien cae a finales de la Segunda Guerra Mundial. Aun así, su uso fue decreciendo con el paso del tiempo, dejando espacio para el idioma italiano oficial. Según los datos del ISAT (Instituto Nazional di Statistica), entre 1987 y 2000, la gente que utilizaba su dialecto regional para comunicarse solo en el ámbito familiar pasó del 32% al 19, 1%.

Hoy en día, el italiano contemporáneo no tiene muchas cosas en común con el florentino con el que escribió Dante. Al igual que el francés, el italiano conoció numerosas modificaciones a lo largo del tiempo. En cualquier caso, como podés ver, el italiano moderno posee una rica y larga historia.
Si te gusta saber más sobre la gramática, la conjugación y la estructura de las frases, te recomendamos tomar clases de italiano en Uruguay. No solo sabrás hablar este idioma, sino que también aprenderás sobre la cultura italiana. En Superprof podés encontrar profesores de italiano en todo el país, con opciones de clases online y presenciales.