La humanidad se enfrenta actualmente a una crisis climática y ambiental sin precedentes. De esto no hay dudas: la ciencia está alineada detrás de la lucha contra el cambio climático y el uso indiscriminado de los combustibles fósiles. Así como la actividad humana, y los gases que emite, son la principal fuente del problema, también es verdad que solo a través de las acciones de las personas lograremos resolverlo.
La producción de alimentos es una de las raíces que conectan con este problema central, principalmente porque es uno de los sectores que más emiten gases de efecto invernadero: Según Climate Watch del World Resources Institute, este sector -agricultura, silvicultura y uso de la tierra- es responsable del 18,4% de las emisiones globales (fuente: Our World in Data). De ese porcentaje, el 5,8% corresponde exclusivamente al ganado.
No hay que olvidar a su vez del desgaste que la ganadería industrial provoca en el ambiente: pérdida de hábitats naturales y de biodiversidad, consumo excesivo de agua y recursos, deforestación y degradación del suelo.

Es en este contexto que el vegetarianismo se alza como una de las soluciones para combatir el calentamiento global. Los vegetarianos y veganos optan por una dieta basada en plantas con un alto porcentaje de frutas, verduras, granos enteros y proteínas vegetales. Esta dieta es mucho más sustentable y requiere menos recursos naturales para producir alimentos.
En este artículo veremos cómo el vegetarianismo está intrínsicamente relacionado con la ecología y la lucha contra el cambio climático. ¡Comencemos!
Vegetarianismo y sustentabilidad
El vegetarianismo no se define solo por comer o no comer carne. La cuestión radica más bien en un cambio de paradigma, una búsqueda constante por reducir el impacto ambiental que provocamos y cuidar nuestro planeta.
Si nos preguntas qué es el vegetarianismo, te responderíamos que es un estilo de vida responsable que tiene como objetivo no solo mejorar la salud personal, sino también la del planeta. Ser vegetariano implica tomar una decisión consciente de no consumir productos de origen animal por las consecuencias que su industria ocasiona.
1.5 mil millones de personas de todo el mundo hoy son vegetarianos (Great Green Wall), ya sea por tradiciones culturales, por elección o por necesidad -no todo el mundo tiene acceso a la gran cantidad de alimentos con los que se atraganta el mundo occidental-.
El vegetarianismo es una forma de alimentación que deja atrás una menor huella de carbono que otras dietas. Un estudio científico de 2023 sostiene que las dietas ovolactovegetarianas producen 41% menos gases de efecto invernadero que las dietas altas en proteínas de origen animal (Quantifying farm-to-fork greenhouse gas emissions for five dietary patterns across Europe and North America: A pooled analysis from 2009 to 2020).
Este trabajo analizó 23 investigaciones independientes que mostraban cómo los hábitos alimenticios están relacionados con las emisiones a través de la agricultura y la producción de alimentos. Así, descubrió que la alimentación vegetariana y vegana es mucho menos contaminante que la omnívora y las dietas altas en proteínas.
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Por otra parte, el vegetarianismo promueve prácticas más éticas y justas en la producción de alimentos. La cría de animales para consumo humano a menudo se asocia con la crueldad, la insalubridad en su ejercicio y el gasto indiscriminado de recursos naturales. Los vegetarianos eligen de forma consciente alimentos sin crueldad, buscan evitar el desperdicio y apuestan por lo local. Todo en miras de reducir la huella ambiental personal.
La palabra "consciencia" es la clave: no se trata de ser un mártir verde, ni de vivir como un ermitaño en el bosque. Por lo contrario: el vegetarianismo es el movimiento que busca poner bajo la luz el hecho de que todo lo que hacemos tiene consecuencias. Más reflexión y menos consumismo rápido. El que seamos capaces de tomar decisiones informadas acerca de nuestra dieta y de cómo ésta afecta a nuestro entorno.
Sí, Seguir una dieta vegetariana o vegana puede achicar significativamente nuestra huella ambiental. Eso sí, hay un gran "pero": aunque es importante lograr un cambio de paradigma sobre el consumo de recursos naturales, la verdad es que las industrias siguen siendo los mayores contaminantes. Para combatir la crisis climática, lo más importante es dejar de extraer y consumir combustibles fósiles.

Y esta decisión no compete a los individuos, sino a las empresas y los Estados.
Existen muchos mitos sobre el vegetarianismo y la ecología. No dejemos que el greenwashing culpe a las personas por los problemas que crearon las corporaciones. Mejoremos nuestra forma de vivir, y al mismo tiempo reclamemos que los peces gordos tomen las decisiones adecuadas para un futuro mejor para todos.
Un estilo de vida más allá de la comida
En resumen, el vegetarianismo es una forma de vivir que promueve la sustentabilidad y el cuidado del ambiente. Ya hablamos sobre porqué optar por una dieta vegetariana tiene grandes impactos positivos en comparación a una omnívora o alta en consumo de carne: primero porque utiliza menos recursos naturales, y a su vez porque emite menos gases de efecto invernadero nocivos para el planeta.
Ahora veamos el otro costado del vegetariano, las acciones y actitudes que se eligen más allá de la comida. Te dejamos 10 ideas veggies para incorporar en tu rutina:
- Llevar una bolsa de tela reutilizable al ir de compras para evitar el uso de bolsas de plástico. Esto no solo es más amigable con el ambiente, sino que también te ahorra dinero a largo plazo.
- Comprar alimentos de producción local y que estén en temporada. Esta decisión ayuda a reducir la huella de carbono asociada con el transporte y almacenamiento de los alimentos.
- Optar por productos de limpieza y cuidado personal naturales y ecológicos, ya que muchas opciones convencionales contienen sustancias químicas dañinas para el ambiente.
- Comprar ropa de segunda mano o de materiales ecológicos, como algodón orgánico o lino. También comprar en las famosas tiendas vintage, que encima hoy por hoy son furor.
- Reducir el consumo de energía en el hogar con pequeñas acciones: Eligiendo bombillas LED, apagando los electrodomésticos cuando no están en uso y ajustando el termostato de la calefacción y el aire acondicionado.
- Utilizar medios de transporte sustentables, como la bicicleta o el transporte público. O porqué no, cuando se puede, hacer pool con tus amigos e ir todos en el mismo auto.
- Apoyar empresas y organizaciones que trabajan por la sustentabilidad y el cuidado del ambiente.
- Reducir el consumo de plástico de un solo uso utilizando botellas y envases reutilizables.
- Evitar el desperdicio de alimentos planificando las comidas con anticipación, almacenando adecuadamente los productos y comiendo sobras.
- Promover prácticas sostenibles entre amigos y familiares difundiendo información precisa sobre el impacto de la alimentación en el ambiente y las alternativas sostenibles.
Estas son solo algunos puntos, pero hay muchas más maneras de llevar una vida sustentable inspirada en el vegetarianismo. Y si querés ideas de recetas vegetarianas, podés ir a nuestro artículo especial con consejos para armar un plan de alimentación veggie.

Lo importante es ser conscientes de nuestras acciones y tomar decisiones informadas y responsables en nuestro día a día. Y como ya habrás notado, ¡muchas de estas opciones también ayudarán a tu bolsillo!
¿Cómo empezar a ser vegetariano?
Ser vegetariano o vegano implica eliminar completa o parcialmente los productos de origen animal de la dieta, lo que puede ser un gran cambio para algunas personas. Aunque esto puede parecer difícil al principio, tener bien en claro porqué lo hacemos te mantendrá en el camino. Date tiempo para adaptarte y encontrar su lugarcito en tu rutina.
El paso a paso para ser vegetariano implica adoptar gradualmente esta alimentación y estilo de vida. Lo primero y principal es educarse sobre las fuentes alternativas de proteínas, nutrientes y vitaminas que se necesitan para seguir una dieta equilibrada. Es recomendable buscar el asesoramiento de un nutricionista o profesional de la salud para asegurarse de que se estén cumpliendo todas las necesidades nutricionales. Los cursos de cocina vegetariana son una gran fuente de recetas que te van a simplificar el día a día en la cocina.
Con toda esa información (y ¡ojo! verificá que sea confiable), podés elegir con qué acciones vas a empezar y despacito, incluir más y más hasta llegar al estilo de vida que querés.
"Flexitariano": el punto medio
Sin embargo, para aquellos que encuentran -muy- difícil hacer el cambio completo, reducir el consumo de carne, sin eliminarlo por completo, es una opción válida.
Esto se conoce como "flexitarianismo", e implica un enfoque más flexible hacia la alimentación. La dieta "flexitariana" combina elementos de la vegetariana con la inclusión ocasional de carne o productos animales. Se trata de una alimentación omnívora, con la diferencia de que un "flexitariano" elige conscientemente reducir su consumo de carne y productos animales, sin limitarse completamente a una dieta vegetariana o vegana.

En otras palabras, los flexitarianos comen principalmente alimentos vegetales -como frutas, verduras, legumbres, nueces, semillas y granos enteros- pero también consumen ocasionalmente carnes, aves, pescado, huevos, productos lácteos o miel.
Ser vegetariano o vegano es una elección personal que requiere un cambio significativo en la forma en que se piensa y se come. Lo importante es tomar decisiones conscientes que sean buenas para nosotros y para el ambiente que nos rodea.









