Según cuenta la leyenda, Alexander Fleming, el famoso bacteriólogo que dio al mundo la penicilina, no era un investigador muy ordenado. Aun así, si no hubiera sido por sus muchos descuidos, quizá no hubiera encontrado un cultivo misterioso que había crecido en una de sus discos de Petri y que terminó siendo el primer antibiótico. De hecho, quien sabe cuándo hubiéramos desarrollado el medicamento más importante del s. XX (o si alguna vez lo hubiéramos encontrado).

Podríamos decir que, a su manera, Alexander Fleming demostró la teoría de Einstein del desorden versus el vacío. Esta dice:

Si un escritorio abarrotado es síntoma de una mente abarrotada, ¿de qué es síntoma, entonces, un escritorio vacío?

Albert Einstein

En este artículo, haremos un repaso de su vida y el hallazgo que lo posicionó en el podio de grandes químicos junto a figuras como Marie Curie, la química que descubrió la radiación y dos nuevos elementos químicos.

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El camino de Alexander Fleming hacia la ciencia

Alexander Fleming nació el 6 de agosto de 1881, en una granja en Ayrshire, Escocia. Su padre ya era mayor cuando nació Alexander, y falleció cuando él tenía tan solo siete años.

Fleming inició sus estudios en la Academia Kilmarnock, a 36 kilómetros de Glasgow. En 1895, con 13 años se muda a Londres, donde vivía su hermano mayor. Su adolescencia la pasó entre el estudio, un trabajo en una empresa de correos y el ejército. Pero finalmente, siguiendo el consejo de su hermano, decide estudiar medicina.

A los 22 años, Fleming obtiene una beca para hacer su carrera universitaria en Saint Mary's en Paddington. Eso podría haber sido todo en la historia del Fleming si no hubiera sido porque se alistó en la Fuerza de Voluntarios del Regimiento Escocés de Londres. Fleming fue un soldado raso de esta fuerza durante su tiempo en Saint Mary's, como también formó parte del club de rifles de su universidad.

montañas en escocia
Fleming creció en una granja en medio de Escocia.

El capitán del club, reacio a perder a un miembro habilidoso del equipo, sugirió una forma de que Fleming se mantuviera activo en el campus: Almroth Wright, un bacteriólogo titular allí, necesitaba un asistente. De este modo, Fleming acabó trabajando junto a ese pionero de la inmunología y la terapia con vacunas. (No podemos obviar a otro grande de la inmunología, el químico francés Louis Pasteur).

Fleming trabajaría como bacteriólogo toda su carrera en Saint Mary's, su alma mater.

Los primeros descubrimientos de Fleming

Durante la Primera Guerra Mundial, Fleming trabajó en una unidad especial de los hospitales de campaña en Francia. Fue durante esa época que notó que el tratamiento antiséptico que se usaba para limpiar las heridas de los soldados estaba haciendo más mal que bien. El joven médico demostró que los químicos que se usaban comúnmente no esterilizaban las heridas, y que además dañaban las células blancas, la primera línea de defensa del cuerpo. Además descubrió que el pus contenía sus propios poderes antibacterianos.

Al terminar la guerra, Fleming continuó investigando la antisepsia y las células blancas. Durante su trabajo en Saint Mary, su desorden dio frutos. Una historia cuenta que mientras trabajaba con sus placas de cultivo, se limpió la nariz y cayó el moco dentro de una placa. Casi inmediatamente, las bacterias alrededor desaparecieron.

Moco, desorden y un poco de suerte: eso fue lo que necesitó Alexander Fleming para descubrir la lisozima, una enzima antibacteriana que los humanos tenemos en la saliva, las lágrimas, la sangre y hasta en la leche materna.

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Descubrir la penicilina, por accidente

A pesar del desorden de su laboratorio, nadie jamás dudó que Fleming era un científico brillante. Una historia muy diferente a la de Rosalind Franklin quien debió pelear toda su vida por que se reconozca su trabajo. Fleming se estaba construyendo su propio nombre cuando decidió continuar la investigación de Joseph Warwick Bigger sobre el Staphylococcus aureus, la bacteria que causa las infecciones por estafilococos. El problema de esta bacteria era que causaba graves infecciones en las personas con un sistema inmune débil.

persona realizando un experimento de laboratorio
¿Qué químicos sumarías a la lista de científicos más importantes de la historia?

Corría el año 1928, y antes de irse de vacaciones con su familia, Fleming dejó varias placas de cultivo con la bacteria en su mesa de trabajo y no en la incubadora. A su regreso, notó que una de esas placas había sido invadida por un hongo y, lo que era más importante, las bacterias cercanas a ese hongo estaban muertas.

El moho era Penicillium, y probablemente había llegado a sus cultivos desde los laboratorios cercanos. Fleming llamó "penicilina" al "jugo del hongo", y buscó entender mejor sus atributos antibacterianos y antisépticos. No pasó mucho tiempo hasta que logró determinar que se trataba de uno de los primeros antibióticos en ser descubierto. También estableció que la penicilina no era tóxica en animales, lo que reforzó su idea de un medicamento.

En 1929 presentó la penicilina al mundo en un artículo para la Revista británica de patología experimental. Sorprendentemente, su descubrimiento no tuvo gran impacto en la comunidad médica.

¿Cómo termina la historia?

A diferencia de Joseph Priestley, el científico que descubrió el oxígeno, al principio nadie le prestó atención al trabajo de Fleming con la penicilina; pero aun así continuó buscando cómo perfeccionar los métodos de producción de penicilina.

Fleming tuvo muchas dificultades en lograr estabilizar y aislar el hongo en cantidades suficientes para estudiar su rol como medicamento, por lo que envió muestras de la penicilina a diferentes laboratorios.

Casi diez años después, el farmacólogo australiano Howard Florey y el bioquímico alemán Ernst Chain redescubrieron el artículo de Fleming y decidieron trabajar con una muestra que tenían en su laboratorio de Oxford. En 1940, Chain logra purificar la penicilina, y un año después hacen pruebas médicas con humanos.

En 1942, las farmacéuticas norteamericanas empiezan a producir penicilina en masa. Primero repartieron el antibiótico entre los soldados aliados que combatían en la Segunda Guerra Mundial. Cuando termina la guerra, pudieron llevar el tratamiento a los civiles.

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Fleming, Chain y Florey ganaron el Nobel por desarrollar el antibiótico a base de penicilina.

Juntos, Fleming, Chain y Florey descubrieron y desarrollaron el primer antibiótico de la historia; la "droga mágica" que curaba infecciones bacterianas que hasta el momento eran fatales. Por ello, fueron condecorados con el Premio Nobel de Medicina en 1945.

La carrera científica de Alexander Fleming fue exitosa hasta el final, y por su trabajo obtuvo diversos premios y reconocimientos:

  • La Gran Cruz de la Legión de Honor concedida por el Gobierno francés.
  • Fue nombrado caballero por el rey Jorge VI.
  • Medalla al mérito de los Estados Unidos.
  • Premio Cameron de Terapéutica de la Universidad de Edimburgo (compartido con Florey).
  • Medalla Albert de la Real sociedad de las artes.
  • Medalla de oro por la Real sociedad de medicina.
  • Fellow de la Real Society

El descubrimiento de Fleming salvó innumerables vidas y revolucionó la medicina moderna. Su genio en bacteriología definitivamente le valió un lugar en la lista de químicos más famosos de la historia. Y vos, ¿a quién sumarías al listado? ¿Sobre qué científico te interesaría escuchar su historia?

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Clara

Copywriter de nueve a cinco, periodista en todo momento y en todo lugar. Trabajo cada día jugando con las palabras y las ideas. Me guuusta el arte.